Valérie Trierweiler, compañera del socialista François Hollande, elegido hoy jefe de Estado de su país según los primeros sondeos, se declaró “orgullosa” de compartir la vida con el próximo presidente de Francia.
“Simplemente estoy orgullosa de acompañar al nuevo presidente de la República y siempre feliz de compartir la vida con François”, dijo en un mensaje en las redes sociales.
La periodista Trierweiler se convertirá por lo tanto a sus 47 años en la octava primera dama de la V República francesa.
Trierweiler, madre de tres hijos, inició en 2006 un romance secreto con Hollande -que no se oficializaría hasta 2010- y desde las elecciones primarias del Partido Socialista del pasado verano ha ido abandonando poco a poco el mutismo mediático.
Durante las últimas semanas de campaña electoral ha acompañado a Hollande como su pareja en los mítines más importantes. Debido a este vínculo sentimental, optó por no trabajar sobre información política, aunque no ha renunciado su profesión periodística, forjada en la revista “Paris Match” y en la cadena de televisión “Direct 8”.
No tiene el halo mediático de su predecesora, la cantante, exmodelo y actriz Carla Bruni, pero es una gran conocedora de los medios de comunicación y de la política francesa.
A Trierweiler se le atribuye, por ejemplo, el cambio de imagen de Hollande para preparar el salto al Palacio del Eliseo, notablemente más delgado que hace un año y medio, y algún otro retoque menor.
Nacida en Anger (oeste) en 1965 en el seno de una familia humilde con orígenes en la banca, Valérie Massonneau, según su nombre de soltera, se crió en una familia de seis hermanos y hermanas al lado de un padre inválido de guerra y ferviente lector y una madre que trabajó algunos años como cajera en una pista de patinaje.
“No eran burgueses, pero tampoco gente de un medio popular”, contaba recientemente un vecino de la familia a un periódico local.
La persona a la que Hollande ha definido como la mujer de su vida -a pesar de haber compartido tres décadas de relación y cuatro hijos con la excandidata presidencial Ségolène Royal-, estudió Historia y Ciencias Políticas en La Sorbone de París.
La joven periodista tenía 23 años cuando conoció a Hollande por primera vez, que a los 34 años ya vivía absorbido por el universo político, como consejero de François Mitterrand y diputado en la Asamblea Nacional.
Sin embargo, el amor entre ambos no surgió en aquel entonces y, tras un primer divorcio sin descendencia, Valérie se casó con el periodista “Paris Match” Denis Trierweiler, con quien tuvo tres hijos, hoy adolescentes.
Divorciada de su segundo marido, aunque mantiene su apellido de casada, la novia del nuevo presidente de Francia no ha contraído matrimonio con el socialista y asegura que ninguno de los dos desea un enlace por protocolo.
“No queremos casarnos por obligación, es un tema que concierne a nuestra vida privada”, aseguró recientemente en una de las pocas entrevistas que concede Trierweiler, una asidua a las piscinas, la bicicleta y los gimnasios que no soporta caer dormida sin escuchar antes el último boletín de noticias.
Generalmente discreta, la primera dama ha incrementado su presencia durante la campaña electoral, tanto desde su cuenta de Twitter como en algunos medios de comunicación, aunque mantiene un perfil bajo, merced en parte a sus habituales lentes oscuras.
A Trierweiler le fue asignada una oficina -que apenas utilizó- en el cuartel general de campaña de Hollande en París y se ocupaba, decía, de detalles menores y de cuidar a un hombre al que dice que nunca se cansa de escuchar.
“Me encanta escuchar a François. Por supuesto, aplaudir al hombre que amo y seguir siendo periodista no me supone un problema. Ya no. Le aclamo con los brazos en alto, como la mujer de un futbolista”, comentó en las páginas “Femme Actuelle”.
Fuente: eldiariomontanes.es
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