Cuando Valentino fichó por Ducati mucha gente lo vaticinó como el final ideal para su carrera exitosa: el asalto al título en una moto italiana, lo que él siempre había querido. El problema es que nunca pudo pelear por el Mundial.
Cansado de esperar las mejoras prometidas por la escudería italiana ‘Il Dottore’ se marcha a Yamaha, un equipo en el que le espera el compañero con el que más roces ha tenido (Jorge Lorenzo) pero también una moto que irá hasta arriba de inversiones para conseguir el mundial.
No podemos olvidar que Valentino ya está posiblemente afrontando sus dos o tres últimas temporadas de MotoGP, y los años gloriosos de Honda quedan cada vez más lejos. Firma por dos años, así que habrá que ver hasta que punto quiere volver a la gloria o simplemente estar ahí.
Fuente: actualidadmotor.com