Bélgica despide con emotivos funerales a los veintidós niños y seis adultos fallecidos hace una semana en un accidente de autocar cuando regresaban de un viaje escolar en Suiza. La ceremonia en memoria a los quince estudiantes de la escuela ´t Stekske, de Lommel, se celebró ayer en el polideportivo Soeverein Arena, mientras que hoy se celebrará otra en memoria de los pequeños del colegio Saint-Lambertus de Heverlee.
Tanto los reyes Alberto y Paola de los belgas, como los príncipes Guillermo y Máxima, en representación de la familia real holandesa, presidieron ayer en Lommel el primero de los dos funerales en honor a las víctimas, de nacionalidad belga y holandesa, para dar su último adiós a los fallecidos, la mayoría niños, y dar consuelo a sus familias y a los vecinos de las dos localidades flamencas de Lommel y Heverlee, donde están las escuelas golpeadas por la tragedia. Además del primer ministro belga, Elio Di Rupo; del primer ministro holandés, Mark Rutte, y de la presidenta federal suiza, Eveline Widmer-Schulmpf, ha estado presente también una delegación del Gobierno del Cantón helvético de Valais, donde se sitúa el túnel de la localidad de Sierre en el que se estrelló el autobús, por motivos aún desconocidos.
Un grupo de militares, seguidos de los familiares, trasladó los ataudes de las víctimas al Soeverein Arena, el polideportivo en el que se ha desarrollado la ceremonia. Allí han sido recibidos por los reyes belgas, que visiblemente emocionados han dado el pésame a las familias de las víctimas. El rey pidió expresamente que el público asistente al acto no se levantara de sus asientos coincidiendo con su entrada, por respeto a las personas fallecidas. Los príncipes holandeses, también visiblemente afectados por la tragedia, tuvieron oportunidad, acto seguido, de mostrar sus condolencias.
El Soeverein Arena ha llenado sus 5.000 asientos, 2.500 de los cuales estaban reservados para los familiares y el resto para los ciudadanos de Lommel, una pequeña ciudad profundamente conmocionada por la tragedia. Además, unas mil personas vieron la ceremonia a las puertas del polideportivo, en unas pantallas de vídeo instaladas para la ocasión.
Cuando se cumple una semana del dramático suceso, siete de los estudiantes que viajaban en el autobús han vuelvo a clase en la escuela Sint-Lambertus, donde se les ha habilitado un aula especial en la planta baja para facilitar el acceso de los pequeños que presentan fracturas. La jornada de hoy ha sido un “primer contacto” de apenas una hora, para que conocieran a los nuevos profesores, según ha explicado un miembro de la directiva del colegio, Dirk De Gent, a la prensa belga. Dos psicólogos y varios asistentes sociales también han estado presentes en la reincorporación de los menores.
La muerte de los veintidós niños, que tenían en torno a 12 años, y los seis adultos que los acompañaban cuando volvían a casa después de un viaje de esquí a Suiza ha causado un gran impacto en Bélgica, que el viernes pasado celebró un día nacional de luto y un minuto de silencio que paralizó el país por unos segundos.
Fuente: hola.com