La operación contra la mayor web de alojamiento y descarga de material pirateado no ha sido producto de un arrebato. El FBI comenzó a seguir en secreto los correos electrónicos y las transferencias bancarias de los administradores de Megaupload desde en abril de 2006.

Las autoridades estadounidenses, en una actuación sin precedentes, consideran a los responsables de la web Megaupload miembros de una banda criminal. Sus siete responsables, detenidos, están acusados de conspiración, fraude y lavado de dinero.

Según publica El País, Megaupload ha estado siendo investigada en secreto desde el año 2006 y el estudio de los correos electrónicos de los responsables de la página de alojamiento y descargas, así como de los movimientos de sus cuentas bancarias, han sido determinantes para conseguir pruebas suficientes como para lanzar un operación simultánea en nueve países que, como resultado, ha concluido con la detención de varias personas y con el fin de un lucrativo e ilegal negocio.

Aunque, tal y como escribió en un correo uno de los gerentes de Megaupload, Mathias Ortmann, los responsables de la web no se veían a sí mismos como piratas, sino que decían “ofrecer los servicios navieros a los piratas”, el FBI, entre otras pruebas en su contra, habría comprobado que ofrecían recompensas económicas a quienes alojaban copias de productos populares en sus servidores, compartiéndolos con los usuarios del servicio.

Siempre según el diario de Prisa, los investigadores estadounidenses habrían detectado, al menos, a siete ciudadanos norteamericanos que habrían cobrado cantidades cercanas a los 3.000 euros de Megaupload por haber publicado “material muy buscado en la Red”.





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