El MacBook Pro de nueva generación con pantalla retina nos ha dejado la boca abierta a todos. Prácticamente para bien, aunque también para mal con su precio. Dejando a un lado el tema del cambio euro-dólar y teniendo en cuenta de que Apple nos hace ver que es un ordenador cuyo precio aún no puede ser demasiado popular, queda claro que estamos ante una máquina que hoy por hoy es cara. Aunque quizás no lo sea tanto como pensemos.
Abramos a la Apple Store online para hacer un experimento. MacBook Pro ‘clásico’ de 15 pulgadas a 2,6 GHz: 2279 euros. MacBook Pro con pantalla retina con la misma potencia: 2899 euros. Aquí no hay argumento posible, el modelo con la pantalla retina es unos 600 euros más caro. Pero ¿y si configuramos esos modelos?
Vamos a vitaminar los dos ordenadores con exactamente las mismas prestaciones: procesador de cuatro núcleos a 2,7 GHz, 8 GB de RAM y una unidad SSD con 512 GB de almacenamiento. El resultado sorprende: el modelo clásico pasa a costar 3449 euros mientras que el precio del modelo con pantalla retina es de 3149 euros. Se le da la vuelta a la tortilla, y el MacBook Pro de nueva generación es más barato.
La culpa la tiene en gran parte la ampliación a unidad SSD de 512 GB en el modelo clásico, que cuesta la friolera de 900 euros como ampliación desde la configuración base. Dicha cantidad de almacenamiento viene de serie en el modelo de nueva generación. ¿Ventajas de que todos y cada uno de los componentes del ordenador estén diseñados y ensamblados por Apple?
No hay que decir a toda prisa que el modelo clásico es más caro, porque no es verdad, pero sí que podemos decir que si sois de los que necesitáis la máxima potencia y no escatimáis en presupuesto, el modelo con pantalla retina os sale mejor de precio. Y con el tiempo, este detalle irá siendo cada vez más evidente a medida que salgan modelos nuevos.
Fuente: applesfera.com
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