Si hace poco veíamos a Lindsay convertida en Grace Kelly (magnífica, por cierto) en la portada y las hojas interiores de una revista, ahora a un espabilao (y para rascar audiencia en una teleserie que se va a emitir en un canal por cable de aquellos que no los conoce ni su santa madre) se le ha ocurrido disfrazarla de Liz Taylor.
Lindsay nos encanta porque ella puede y tiene un comportamiento ejemplar: conduce borracha, se escapa de rehab, viola su libertad condicional y roba un collar en una tienda de Los Ángeles y al día siguiente se levanta y pega un taquillazo y levanta una serie como ésta, condenada al fracaso sin su presencia y su coñerío mediático. ¡Brava!
Lohan va de fina y de entendida y ha dicho que: “Siempre he tenido un gran respeto y he admirado la figura de Elizabeth Taylor . No sólo era una increíble actriz, sino también una mujer increíble. Me siento muy honrada por haber sido elegida para interpretar este papel”. Se desconoce si la muchacha iba puesta cuando hacía tales declaraciones. Esperamos que sí, más que nada, para que no pierda la costumbre y porque nos encanta verla en fiestas más ciega que una lombriz de tierra.
Con el pelo corto, teñido de negro, así como unos cejones repinterequeteados (se han pasao tres pueblos) y vestidos de los 50, Lindsay se ha convertido en Liz Taylor (o lo ha intentado). Pero que vamos, que con tanto maquillaje, peluquería, vestuario e iluminación, lo mismo podría ser la Taylor que una pilingui travesti de extarradio esperando clientela.
Como la trama de la serie nos importa un carajo y sólo queremos ver lo estupenda que va la zagala travestida, aquí cortamos y cerramos, esperando que os hayan gustado las fotos y os animéis a travestiros esta noche para salir de marcha pero que no os subáis a coches extraños que lo de Pretty Woman sólo de pasa a Julita Roberts.
Fuente: todocorazon.com