Las acciones de la compañía canadiense Research in Motion (RIM), fabricante de BlackBerry se desploman
El consejero delegado de RIM, Thorsten Heins, ha reconocido que el actual entorno competitivo está impactando en su negocio en forma de menores volúmenes y dinámicas de precios altamente competitivas en el mercado. “Esperamos que nuestro resultados reflejen esto y probablemente se traduzca en pérdidas operativas en el trimestre”, añadió.
Como prometió durante la rueda de prensa de presentación de los resultados del cuarto trimestre, Heins ha ofrecido este miércoles información “sincera y oportuna” sobre los progresos y los desafíos que está experimentado la compañía.
“Aunque ya no estamos dando previsiones financieras cuantitativas, quiero aportar una breve actualización del negocio en este momento, y daremos más detalles cuando se publiquen nuestros resultados del primer trimestre fiscal, que concluye el 2 de junio, el próximo 28 de junio”, señala.
Heins recordó que RIM está en medio de una “significativa transformación” a medida que se acerca el lanzamiento de BlackBerry 10 y subrayó que su comportamiento financiero continuará siendo “complicado” durante los próximos trimestres.
Como aspectos positivos de sus próximos resultados, el consejero delegado espera que se incremente aún más su posición de efectivo en el primer trimestre desde los aproximadamente 2.100 millones de dólares (1.694 millones de euros) que tenía a finales de su ejercicio anterior.
“Aunque nos estamos enfrentando a desafíos, seguimos entusiasmados con BlackBerry 10 y creemos que esta plataforma, junto con los resultados de nuestra revisión estratégica, crearemos valor a largo plazo para nuestros accionistas. Daremos una actualización más detallada de nuestro negocio con los resutlados del primer trimestre en junio”, añadió.
En el cuarto trimestre, RIM registró unas pérdidas de 125 millones de dólares (101 millones de euros), en comparación con los 934 millones de dólares (753 millones de euros) que ganó en el mismo periodo del año anterior.
Fuente: eleconomista.es