Un simpático dispositivo, parecido a una foca, denominado Paro ha permitido que muchos pacientes enfermos de depresión, puedan tener una vida normal, al interactuar, abrazar y mimar al animalito robótico. Pueden estar en la completa tranquilidad que no los morderá, arañara o atacara.
El uso de animales en el cuidado de ancianos o enfermos de esta enfermedad no es nuevo. Pero la utilización de este tipo de terapias representa un peligro para las personas, ya que hasta el perro más dócil puede agredir cuando un paciente con Alzheimer lo abraza con demasiada fuerza o por demasiado tiempo.
A partir de los incidentes causados por alergias, mordidas o arañazos ocurridos con animales verdaderos, surgió la idea de emplear dispositivos robóticos antibacteriales, high tech y con apariencia real. Para eso llego Paro, un foquita con suave piel y pestañas cosidas a mano. Las principales ventajas están en la forma que poseen, bastante genérica y poco conocida, siendo una ventaja a la hora de no tener una idea prefijada de comportamiento.
Fuente: robotikka.com
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