Suecia ha amanecido radiante para vivir un día de celebración y júbilo. Todo el país ha estado pendiente del Bautizo Real de la princesa Estelle, primogénita de los príncipes Victoria y Daniel, que se ha celebrado en la histórica iglesia del Palacio Real en una solemne ceremonia oficiada por el arzobispo de Uppsala, Anders Wejryd, asistido por el obispo emérito Lars-Göran Lönnermark y el deán de la catedral de Estocolmo, Åke Bonnier.
A diferencia de otras monarquías en las que los bautizos de los miembros de la realeza tienen carácter privado, en Suecia se consideran una ceremonia de Estado. Y, como en tales ocasiones oficiales, hemos vuelto a ser testigos excepcionales de tradiciones centenarias, del encuentro de ilustres invitados, de la elegancia de las damas reales… del ambiente palaciego.
La gran familia de la realeza no podía faltar a la cita. Una amplia representación ha acompañado a la benjamina en su Bautizo Real: Felipe y Matilde de Bélgica; la reina Margarita con su marido, el príncipe Henrik, y Federico y Mary de Dinamarca, casi recién llegados del otro bautizo real de Athena Marguerite Françoise Marie, la nueva Princesa de Dinamarca; los recién comprometidos Guillermo de Luxemburgo y Stéphanie de Lannoy, que asistía a su presentación oficial ante los miembros de las demás Familias Reales presentes en el bautizo; Guillermo y Máxima de Holanda, que viven días de grandes celebraciones tras asistir el pasado fin de semana a los fastos del Jubileo de Diamante de Isabel II; Haakon de Noruega (la princesa Mette-Marit se encuentra en una conferencia en Estados Unidos) y la princesa Marta Luisa con su marido, Ari Behn.
Su llegada al templo se ha convertido en una pasarela de elegancia y glamour: las damas con vestidos de día, la mayoría con tocados o sombreros, y los caballeros con chaqué o traje oscuro. Las tendencias han sido los vestidos con sobretodo, trajes de chaqueta y falda y tonos más discretos (especialmente el rosa maquillaje en toda su gama) que llamativos, aunque de todo ha habido en este desfile: también han reinado los colores chillones como el traje rojo de la princesa Máxima de la firma belga Fabienne Delvigne, que ha vestido además a la princesa Matilde, o el dorado de la princesa Mary, y los vestidos sin acompañamiento como el de Victoria de Suecia de Elie Saab, que ya la vistió en la víspera de su Boda Real.
Un total de 400 asistentes, incluidos los representantes de la Suecia oficial (encabezadas por el Primer Ministro, Fredrik Reinfeldt), el cuerpo diplomático, los familiares del príncipe Daniel y, por supuesto, los cinco padrinos. Ejercieron como tales: el príncipe Haakon, el príncipe Guillermo, la princesa Mary, el príncipe Carlos Felipe y Anna Westling Söderström (hermana de Daniel). La gran novedad de la lista de invitados ha sido la inclusión de Chris O´Neill y de Sofia Hellqvist, los novios de los príncipes Magdalena y Carlos Felipe, que debutan en un acto oficial con la Familia Real sueca. Su asistencia al gran acontecimiento supone la aprobación de los Reyes y la oficialización de su relación. Tal vez no esté demasiado lejos una nueva celebración en el corte sueca. Otra con idénticas iniciales, pero de distinta índole.
Fuente: hola.com