Isabel Sartorius, tras el éxito de su primer libro, en el que cuenta sus experiencias con su madre y su codependencia

Isabel Sartorius ha llegado a la madurez con la serenidad de quien se siente cómoda en su piel. Tras la publicación y el éxito de su primer libro, en el que cuenta sus experiencias con su madre y su coodependencia, nos relata cómo ha cambiado su vida.

Saber que su libro ‘Por ti lo haría mil veces’ ha sido un éxito de ventas es algo que alegra a Isabel Sartorius, pero sobre todo hace que se reafirme en la idea que tuvo de escribir su experiencia como codependiente. A pesar del triunfo, hoy no sueña con otro libro, sino con un programa de televisión. Más segura de sí misma que nunca, nos reunimos con ella en el restaurante París-Tokio del hotel Oscar Room Mate.

– Hoy Corazón: ¿Cómo lleva la resaca de ventas de su libro, que ya va por la quinta edición?
Isabel Sartorius: Muy bien. La promoción es intensa y no paro de viajar, pero me gusta, porque es cuando siento cuánto ha interesado.

– H.C.: ¿Qué le impulsó a dar el paso de publicar este libro?
I.S.: Confieso que soy muy anglosajona a la hora de pensar. De ellos aprendí que cuando te pasa algo fuerte lo normal es contarlo. Además tenía obsesión por acercar la codependencia a la gente. Los 30 años de sufrimiento de mamá no podían quedarse en nada. Y esta es una manera de inmortalizar el sufrimiento de mi madre, de dar significado a lo que habíamos vivido juntas, al margen de lo que pensara el resto. Esa ha sido mi motivación.

– H.C.: Hay quien considera que este libro ha sido su terapia.
I.S.: No, porque cuando lo escribí ya estaba bien. Cuando falleció mi madre el dolor se fue. Descansé después de tanto tiempo de ver a una persona sufrir.

– H.C.: Es duro reconocer que la muerte de su madre ha sido un descanso para las dos.
I.S.: Nada más lejos de mí que desear la muerte de mi madre. Lo que no quería era verla sufrir más, estaba muy enferma.

– H.C.: ¿Cómo eran los momentos buenos?
I.S.: Ella era muy alegre y, aunque estuviese mal, siempre reía.

– H.C.: Ha declarado que su madre era como una niña.
I.S.: Las personas que tienen adicción a la droga se quedan en una edad, no hay evolución.

– H.C.: ¿Y usted, cuándo dejó de ser una niña?
I.S.: Con la separación de mis padres tuve que tomar responsabilidades que no correspondían con mi edad. Pero realmente solo se madura con la edad, cuando consigues que las cosas no te afecten tanto.

– H.C.: ¿Cómo reacciona la gente cuando la ve?
I.S.: No quiero decir ninguna cursilada, pero lo cierto es que recibo mucho cariño. Todavía me sorprende la cantidad de mujeres que me cuentan sus problemas. Me encanta porque eso es lo que yo buscaba: que el sufrimiento de mi madre sirva para que pueda ayudar a otros.

– H.C.: Es una mujer sensible y no sé cómo encaja vivir tantos problemas ajenos.
I.S.: En cierta manera me he endurecido. Tengo empatía, pero he cambiado. Antes quería solucionar la vida de todo el mundo, hoy sé que es imposible. Querer no es perder tu identidad.

– H.C.: ¿Ha aprendido a ser egoísta y ocuparse de sí misma?
I.S.: Por dentro me trabajo, pero por fuera soy un desastre. Cuidar la mente me ha ayudado a despegarme, a entender que la vida es un trámite corto y que hay que relativizar. Hay que saber vivir con cierta trascendencia. Lo malo es que la sociedad no nos ayuda.

– H.C.: ¿Qué es importante para usted ahora?
I.S.: Valorarme, ayudar en lo que puedo, cuidar a mi hija y sobre todo estar centrada.

– H.C.: En la vida profesional ha ido probando opciones.
I.S.: Reconozco que profesionalmente no estaba 100% comprometida. Uno de los hábitos que cogí de niña para evitar sufrir fue refugiarme en mi fantasía y huir. Por eso no me comprometía con nada. La realidad era dura y prefería salir corriendo.

– H.C.: Una hija no está preparada para una madre drogadicta.
I.S.: Cuesta más conseguir tu identidad. Mi hábito era huir y por eso me dejaba llevar cuando salían proyectos, pero sin involucrarme. Ahora es cuando me tomo en serio las cosas.

– H.C.: ¿Se siente sola?
I.S.: Ahora ya no, pero cuando crecí sí, mucho. Llevo 16 años en Madrid y ya he echado raíces, tengo a mis amigas, a mi hija, a mi hermano, a Nora, los sobrinos… Antes no estaba más de dos años en el mismo sitio.

– H.C.: ¿Podría decirse que su hija ha sido su refugio?
I.S.: Me refugié en ella, pero siempre haciéndola independiente. Quería darle justo lo que a mi me faltó: el orden, la disciplina. Mencía me ha hecho creer en la genética, porque es igual que Javier, su padre, en su manera de ser. No tenemos nada que ver. Ella me da mucha paz.

– H.C.: ¿Está preparada para que su hija tenga su vida?
I.S.: No falta mucho para eso. Va a cumplir 15 años y empieza a tener sus planes. Además no me gustaría ser la clásica madre pesada, antes me muero. Con mi hija creo que es la primera relacion sana que tengo en mi vida. Hoy me lamento de no haber tenido más hijos.

– H.C.: ¿Se castiga mucho?
I.S.: Solo en lo relacionado a mi faceta profesional. Era ambiciosa, buena estudiante y me gustaría poder demostrarme que puedo tener esa disciplina, esa constancia. Reconozco que en ese sentido tengo complejo.

– H.C.: ¿Y siente no tener una pareja sentimental estable?
I.S.: No, porque he tenido unas relaciones estupendas y entiendo que no todo tiene que ser siempre el matrimonio. Es algo que no pienso. He querido y me han querido mucho y me siento afortunada en ese terreno.

– H.C.: ¿Con qué suple la falta de amor de un hombre?
I.S.: Mi hábitat natural ha sido estar desde los 14 años viviendo sola. Dicho esto, es verdad que he tenido amigos especiales en este tiempo que los medios no se han enterado, pero también que soy una mujer tranquila.

– H.C.: Creía que era usted una mujer extremandamente vital en el plano físico.
I.S.: Me da verguenza hablar de estos temas, no sé si será porque estuve en un colegio de monjas hasta los 13 años, pero te insisto en que soy tranquila.

– H.C.: ¿Habrá segundo libro?
I.S.: No. Este ha sido puntual. Mi ilusión ahora es hacer un programa de coach en televisión.

– H.C.: ¿Cómo es su relación actual con los medios?
I.S.: Después de toda la vida batallando he llegado a la conclusión de que nunca dejaré de ser un personaje. En el libro sólo hay 10 páginas en las que hablo del Príncipe y en casi todas las entrevistas la primera pregunta ha sido de él. De todas formas, tengo buena relación.

– H.C.: ¿Cómo está viendo los acontecimientos relacionados con la Familia Real?
I.S.: Es difícil ser objetiva porque los quiero mucho, pero también como ciudadana tengo que decir que lamento que una Institución tan positiva para España no se merece el machaque que están recibiendo. Sé que esto creará polémica pero insisto en que la Monarquía hace mucho bien y tendríamos que cuidarla y protegerla.

Fuente: eldiariomontanes.es





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