La crisis no pasa de largo ni por los concursos de belleza. Los certámenes siempre han capeado las críticas de quienes los consideraban anacrónicos y ofensivos para la dignidad de la mujer, o del hombre, y siempre han silenciado entre oropeles las denuncias sobre tongos, apaños, drogas o prostitución. ¿Se acaba el reinado de las bellas damas sonrientes y de clónicas medidas? Habrá que verlo, pero las dificultades por las que atraviesan más parecen obedecer a una cuestión de posibles que a un cambio de mentalidad.
En España, el concurso está más desvencijado que nunca y algunas delegaciones regionales ni se plantean convocarlo. Es más, la web oficial del certamen nacional parece estar en coma. «Página realizando cambios. En breve estaremos con vosotros». Este mensaje, acompañado de una foto de los ganadores de 2011, miss Andrea Huisgen y míster Diego Otero, es todo lo que puede encontrar el internauta. Los problemas económicos y los desencuentros entre antiguos y nuevos accionistas pueden sentenciar su muerte. El empresario Andrés Cid organizó Miss España durante dos décadas y el pasado año lo vendió por 3 millones de euros (a pagar en tres años) a la empresaria gallega Rosa María Fernández y al promotor inmobiliario alicantino Julio Martín. La clave puede residir en la dificultad de pagar la cantidad correspondiente a este ejercicio. De momento, nada se sabe de los preparativos para este año.
Fuente: eldiariomontanes.es