“Ha habido cambios estructurales importantes en el sector de la electrónica de consumo y Sony no ha sabido adaptarse totalmente debido a la carga, el legado que trae, la herencia de años anteriores”, ha manifestado a Europa Press Navarrete, por lo que “la compañía se tiene que reconvertir”.
El conglomerado japonés, que cuenta con nuevo equipo directivo desde el pasado 1 de abril, confirmó que eliminará a lo largo de este año 10.000 puestos de trabajo en todo el mundo, lo que representa alrededor del seis por ciento de la plantilla de la multinacional nipona.
Estos despidos, explicó Sony, obedecen a su objetivo de fortalecer el núcleo principal de su negocio y trasladar recursos a áreas de crecimiento, así como de reestructurar sus sedes, sus subsidiarias y la organización de la compañía de ventas para lograr mejorar su eficiencia operativa.
En cuanto a las medidas que han comenzado a adoptar los nuevos responsables del grupo, Navarrete, que ha participado en el Foro del Mediterráneo Siglo XXI, ha indicado, que “el tiempo nos dirá si es la línea adecuada”.
El vicepresidente senior de Sony Europa ha incidido en que “el futuro pasa por Internet mobile”, por lo que es “ahí donde hay que invertir, donde hay que crearse una nueva posición”. Sin embargo, ha aclarado, “no es fácil porque hay empresas muy potentes como Apple, Samsung o Nokia”. La empresa ha adquirido el 50 por ciento de Sony Ericsson, para así tener el cien por cien de la telefonía, ha indicado.
‘¿HAY OTRA MANERA DE HACER EMPRESA?’
Navarrete, presentado por el economista y vicepresidente ejecutivo nacional de Iberaudit Asesores, Francisco Aguilar, ha impartido, en el marco del Foro del Mediterráneo Siglo XXI, la conferencia ‘¿Hay otra manera de hacer empresa?’
A través de este título, ha expuesto el caso de la planta de Viladecavalls (Barcelona) de Sony, la cual fue transferida el 1 de enero de 2011 a Ficosa y Comsa Emte, con un plantilla de unas 1.000 personas, dedicada hasta entonces a la producción de televisores LCD y que los nuevos propietarios dirigen hacia la automoción, la electrónica, la construcción y la energía. El proceso dura dos años.
Este traspaso se hizo efectivo después de algo más de un año de “duras” negociaciones, y constituyó “una alternativa al cierre” de la fábrica, así como “una solución muy innovadora y creativa”, pues, como ha explicado, se trataba de buscar a alguien que estuviese interesado en gestionar el conocimiento acumulado de más de 40 años, evitando, de esta manera, que se destruyese.
“Es un caso único, nunca antes se había hecho nada igual, ni aquí ni en el resto del mundo, ha servido de referencia”, ha expresado, al tiempo que ha asegurado que es “muy gratificante para la empresa e, incluso, aumenta la imagen de marca y responsabilidad social”.
Fuente: eleconomista.es
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