El Parque Nacional de Yosemite es uno de los valles más hermosos del mundo. Se ubica en el Estado de California, a poco más de 300 kilómetros de San Francisco y abarca una superficie superior a los 3.000 kilómetros cuadrados.
Cuenta con lagos espectaculares, multitud de desfiladeros, cascadas increíbles (la más espectacular de todas ellas tiene una caída de 800 metros) que conforman un espectáculo digno de ver. Pero además de todo esto, si por algo se caracteriza el Parque de Yosemite es por sus paredes de granito de más de 1.000 metros de altura, y por sus frondosos bosques de secuoyas gigantes como los bosques Mariposa, Toulumne o Merced.
El parque permanece abierto durante todo el año aunque en invierno puede haber caminos cortes debido a la nieve. El Camino Tioga se cierra hacia el mes de noviembre, lo que impide el paso del este al oeste del parque. Ocurre lo mismo con el camino a Glacier Point y a Mariposa Grove. Durante la estación invernal lo más conveniente es utilizar algún vehículo adaptado para nieve.
Dentro del Parque Nacional de Yosemite pueden observarse algunas de las más de 300 especies que allí conviven. El animal más célebre del lugar es el oso negro, quizás, si mantenéis los ojos bien abiertos podáis encontrarlo en su hábitat natural.
Sin embargo, no podemos olvidar que se trata de un animal salvaje, por lo que hay que extremar las medidas de precaución.
En el parque se puede hacer todo tipo de actividades, desde senderismo, pasando por el sky, la mountain bike, rafting, paseos a caballo, hasta patinaje sobre hielo. En definitiva tiene a tu disposición todos los atractivos necesarios que conviertan tu estancia allí en inolvidable.
Si quieres, puedes dormir dentro del parque. La oferta es muy variada y se adapta a todos los bolsillos: cámpings, bungalows y hasta hoteles de lujo.
Fuente: ViajesconDestino.com
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