El príncipe Guillermo y su esposa acompañaron a la reina Isabel a Nottingham para la última etapa del tour de su Jubileo de Diamante
Princesa se nace, aunque no se nazca. Y, como prueba: la Duquesa de Cambridge, que parecía esta mañana toda una princesa de sangre azul en un traje de Missoni a su llegada a Nottingham junto al príncipe Guillermo para acompañar a la reina Isabel en la última etapa de la gira nacional con motivo de su Jubileo de Diamante. Pese a la soberana impresión, no iba de estreno. Ojos de águila de los compromisos reales no dudaron en reconocer que lo llevó por primera vez meses atrás en su visita a los históricos almacenes Fortnum and Mason junto a la Reina y la Duquesa de Cornualles.
Como la Reina no podía contar con su esposo, el Duque de Edimburgo, convaleciente tras su reciente hospitalización a causa de una infección de carácter leve, pidió a su nieto y a su esposa que la acompañaran. Ensordecedores vítores dieron la bienvenida a la Reina a su llegada en tren poco después de las 10:00 horas a la ciudad, donde se reunió con la pareja, que llegó en coche horas antes y estuvo charlando con las autoridades locales en el andén 6 mientras esperaba a la soberana. Su presencia hizo que un grupo de pasajeros se arremolinara en el andén contrario ondeando banderitas nacionales y que el príncipe Guillermo, en un insólito arranque pícaro, les gritara: “¿Estáis esperando el mismo tren que nosotros?”. Después de atravesar la estación, la comitiva real fue recibida por una entusiasta ovación de cientos de admiradores que se habían congregado fuera.
La Reina parecía encantada mientras charlaba con los sobreexcitados escolares y aceptaba sus hermosos ramos de flores. Isabel II, impecablemente vestida con un abrigo y vestido de tweed de Stuart Parvin, no mostró signos de fatiga después de su intenso programa jubilar. Los seguidores de la Familia Real inglesa aplaudieron y ondearon sus banderas por toda la ruta de la comitiva real hasta la plaza Old Market de la ciudad, donde miles de personas se concentraron. La Reina y la pareja aparecieron en el balcón del ayuntamiento y la soberana, abrumada por la respuesta popular, pareció emocionarse al saludar a la multitud.
Fuente: hola.com
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