Ya os hablamos sobre Ouya y sobre aquello que proponía: ser una consola de sobremesa, basada en un SO Android, en la que correr y desarrollar libremente cualquier juego nacido para dicho sistema. Algo que, a priori, tenía más que buena pinta; pues una nueva consola siempre es bien recibida ya que incide en una mayor competencia entre las compañías y esto debería favorecer al usuario. Además, ponía sobre la mesa ideas realmente interesantes, como poder disfrutar de juegos free-to-play como el archiconocido League of Legends o de servicios de streaming como Twitch.tv.
Días después de los primeros rumores y cábalas, el equipo detrás de Ouya saltó a la palestra y expuso ideas y funcionalidades de su nuevo proyecto. Gente como la que está detrás del proyecto y sus ideas hacían desaparecer, en cierta medida, el temor de un nuevo fracaso comercial como lo fue Phantom en su día y las sospechas de que todo esto quedara en agua de borrajas. También quedó patente, días después, que el apoyo por parte de los futuros compradores es total.
Mediante un crowfounding en Kickstarter, se buscaba recaudar 950.000$ para poner en marcha una primera remesa de consolas y acelerar los temas de promoción y, sobre todo, contacto con compañías para futuros desarrollos. Así, el éxito fue total y en las primeras 24 horas se sobrepasó con creces la cifra objetivo. Ahora mismo, a falta de días para terminar el plazo, poco les queda para alcanzar los cinco millones y medio de dólares.
El caso es que detrás de una buena idea, de un apoyo masivo y de gente profesional y emprendedora embarcada en el proyecto, también hay ciertos puntos negros dignos de ser comentados. Quizá lo que más ha llamado la atención de la gente es aquello de poder disfrutar de todos los juegos de manera gratuita. Y es cierto, pero no todo es tal y como lo pintan. Si uno presta atención a la información y el programa de Ouya y sus desarrolladores, se afirma que todos los títulos disponibles para la consola tendrán una demostración gratuita disponible. O, lo que es lo mismo, tocará pagar por los juegos tal y como hemos hecho hasta ahora.
Como también es cierto que la lista de títulos que podríamos ver todavía está muy verde. Otro punto a comentar sería el apartado técnico; leo foros, webs y blogs en los que la gente cree que van a poder disfrutar de juegos del calibre técnico de Skyrim o Battlefield 3, por nombrar dos títulos afamados. Eso es literalmente imposible sabiendo que todo correrá en una Tegra 3. Es innegable que es un gran procesador, pero lo es para smartphones. Por ello, será difícil disfrutar de títulos punteros en este sentido. Aunque, ojo, no creo que Ouya nazca con esa idea. El proyecto defiende ser un escaparate de fácil acceso y con menos trabas para todo tipo de desarrolladores independientes. Y, eso sí, a mí me atrae una barbaridad.
He comentado el peligroso parecido al fracaso de Phantom del que Ouya parecía haberse desligado. Pero las declaraciones por parte de Julie Uhrman, fundadora del proyecto, en las que afirma que su proyecto en Kickstarter no era más que un reclamo para llamar la atención de inversores potenciales y demostrar que cuentan con una buena base de usuarios, no han sentado del todo bien. Algo lógico sabiendo que el dinero que has invertido en algo que, según prometían, comenzaría a producirse en breves y a principios del próximo año podría estar en nuestras casas, no es más que un justificante de que el proyecto tiene futuro y viabilidad.
Ahora mismo la situación de la consola es incierta. Su apoyo por parte de los usuarios, como decimos, es innegable. Pero parece ser que lo que realmente importa a fin de cuentas, los inversores, todavía están por llegar. No digo que esto sea algo disparatado, pues la creación, producción y distribución de una consola como promete ser Ouya valen mucho más de cuatro millones de dólares. Solo creo que deberían haber empezado por la inversión privada y con una base y un futuro relativamente asentados, pasar al crowfounding.
Personalmente, no creo que estén llevando este tema de la mejor manera posible. Medias verdades en especificaciones y juegos disponibles, fechas inciertas, promesas que ni siquiera saben si podrán cumplir, etc. Ya digo, me parece un proyecto más que interesante si tenemos en cuenta que su finalidad principal es la de ser un dispositivo abierto a todo y a todos. Aquellos que esperéis una fiera competidora de las consolas de la actual o futura generación, debéis sacar esa idea de vuestra mente. De todas formas, parece que aún queda mucho camino por recorrer. Habrá que estar atentos a cómo avanza la cosa.
Fuente: Androidsis.com
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