Cómo se ha vuelto tradicional la próxima sede recibe al final de la clausura de los Juegos Olímpicos un espacio para mostrar un aperitivo de lo que hará cuando reciba esta importante cita deportiva, y en esta ocasión Londres por un momento se dejó invadir del trópico, con parte de la historia de la música de Brasil, sirviendo esto como introducción a lo que veremos en cuatro años cuando comience una edición muy especial de los Juegos Olímpicos, teniendo como protagonista a Río 2016.
El estadio olímpico de Strattford se convirtió en un carnaval brasileño, por un momento parecía como si hubiéramos viajado miles de kilómetros, hasta llegar al trópico y estuviéramos en la playa de Brasil, pero es que de la nada, en el medio de la ceremonia de clausura apareció un ejército de 225 bailarines, que tenían como misión darnos un anticipo de lo que recibiremos en cuatro años, todos salieron al escenario, después de haber escuchado previamente el himno de ese país y por supuesto después de haber recibido el alcalde de Río de Janeiro la bandera olímpica.
El carnaval de Río se transportó a las graderías del estadio, contagiando al público con los sonidos, el ritmo, el color y la alegría, teniendo como protagonista a Renato Sorriso, un humilde barrendero que tiene una muy linda historia convirtiéndose casi en ícono del carnaval, vestido con su uniforme de trabajo deslumbró junto con los bailarines al público, teniendo además la presencia de la cantante Marisa Monte, que entonó la canción Yemanjá.
Después de la aparición de algunos cantantes, llegó y en el medio de la canciones, apareció el Rey Pele, con su alegría natural, lleno el estadio de ovaciones, logrando que muchos se pusieran como meta poder asistir a los olímpicos en Río, ya que se augura una fiesta inolvidable para esa edición de los Juegos olímpicos.
Fuente: JuegosyOlimpicos.com
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