Matsue: una ciudad amurallada rodeada de agua por todas partes, las del Lago Shinji-ko, la Laguna Nakaumi y las que rodean la Península de Shimane-Hanto. Una muralla de madera negra aísla este lugar del mundo exterior en una de las zonas más inaccesibles de Japón.
Esta ciudad, en la prefectura de Shimane, se encuentra a más de 750 km. de distancia de Tokyo, en dirección suroeste, por lo que se necesitan casi 10 horas de coche para llegar. El esfuerzo vale la pena para descubrir el reino del agua, con el río Ohashigawa atravesando el centro de la ciudad y creando una laberíntica y seductora red de canales y ríos que podemos recorrer en embarcaciones de recreo.
El castillo de Matsue fue construido aquí precisamente por eso: el agua era la más efectiva defensa natural contra los invasores. Su única torre ofrece unas vistas privilegiadas (antes estratégicamente, a hora solo estéticamente) sobre la costa del Mar de Japón, el lago Shinji-ko y la ciudad.
Este castillo es hoy el Parque Shiroyama, un lugar de descanso y esparcimiento para la gente de Matsue. Entre los lugares de interés más destacados hay que citar la residencia de un samurai construida en el siglo XVIII, rodeada de pinos, hecha de madera negra y paredes blancas. También es imprescindible visitar la antigua residencia y el salón memorial del novelista griego Lafcadio Hearn, enamorado de Matsue y a de la cultura nipona, que se estableció aquí y cambió su nombre por el de Koizumi Yakumo.
Fuente: ViajarAsia.com
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