Lecciones para Conducir Eficientemente.
Un conductor medio podría ahorrar cerca de 500 euros de media al año utilizando técnicas de eco-conducción, según un estudio llevado a cabo en Europa por neumáticos Continental.
El estudio descubrió que el ahorro acumulado en un país como España podría ser de más de mil millones de euros. La investigación pone de manifiesto que a pesar de que 9 de cada 10 personas está preocupada por el aumento constante del precio del combustible, el 40 % admite no tener ni idea a la hora de realizar una conducción eficiente, lo que contribuiría a ahorrar el 20 % de su gasto anual.
La investigación también reveló que dos tercios de los conductores europeos desconocen que los nuevos neumáticos en el mercado mejoran los consumos de combustible gracias a su menor resistencia a la rodadura. La mitad de los conductores europeos también manifestaron que tienen miedo de que el constante incremento del precio del carburante les obligue a dejar el coche en casa, aunque confían en poder seguir usándolo para ir a trabajar.
Antes de ponerse en ruta
Mirar la presión de los neumáticos regularmente (recomendado cada dos semanas). Una presión correcta de los neumáticos significa una menor resistencia a la rodadura y, por tanto, un menor consumo de combustible y una conducción más eficiente. Una presión incorrecta puede incluso incrementar el desgaste del neumático y reducir nuestra seguridad activa.
Deshacerse de cargas innecesarias. Esto incluye quitar los elementos de carga del techo cuando no vayan a ser utilizado, lo que además puede incrementar en un 10 % el consumo de combustible.
Comprobar la alineación de los neumáticos y su equilibrado. Si no es así, puede causar un desgaste prematuro de éstos y además incrementar el consumo de combustible.
Planificar los viajes, lo que evitará que nos perdamos y realicemos mayores distancias de desplazamiento. Prestar atención a las noticias de tráfico, nos ayudará a no meternos en atascos y ahorrar combustible.
Mientras se conduce
Después de arrancar el motor, póngase en marcha en seguida. Los motores de hoy en día no necesitan una fase de calentamiento. En invierno, es mejor quitar el hielo con una rasqueta en vez de dejar el motor en marcha durante un buen rato para que se deshiele el parabrisas.
Utilice con la marcha más larga que permita la conducción en ese momento, pero no deje que el motor gire a muy pocas revoluciones.
No sobrepase el límite de velocidad. Cuanto más rápido vaya, más combustible consume. Conduciendo a 110 km/h se consume un 9 % más de carburante que a 90 km/h y un 15 % más que a 80 km/h.
Evite salir de los semáforos como si estuviera en la parrilla de salida de un gran premio de F1. Acelere gradualmente y suba de marchas con rapidez si el terreno lo permite.
Conduzca con un poco de anticipación y con suficiente distancia con el vehículo que le precede, de esta manera podrá evitar frenazos violentos. Su vehículo necesita más energía para comenzar a rodar de nuevo después de haber desacelerado.
Ponga solo el aire acondicionado cuando realmente sea necesario.