Justo ayer se cumplió un año de la muerte del golfista Severiano Ballesteros, y la polémica por su herencia sigue estando en primer plano de la actualidad. Sus hijos y el resto de su familia directa siguen con posturas muy alejadas en los problemas derivados de su herencia.
Los desencuentros entre los hermanos y sobrinos del golfista, por una parte, y sus hijos por otra son tan importantes que ni siquiera asisten juntos a los homenajes que se realizan al deportista fallecido.
El principal punto de desacuerdo a la hora de repartir la herencia se centra en la fundación que lleva el nombre de Severiano Ballesteros, y que dirige su sobrino, Iván. Esta institución se creó con el fin de captar fondos para proyectos de investigación relacionados con los tumores cerebrales, enfermedad que le diagnosticaron al golfista en el 2008.
Cuando Ballesteros sabía que iba a morir, dejó su testamento muy bien atado: el 90% de la herencia iba para sus hijos, y el resto a la fundación. Hasta aquí todo iba bien, pero el problema es que dispuso que la fundación fuera quien administrara y explotara sus derechos de imagen, que son muchos y generan un gran volumen de negocio.
Ésta es la idea que no aceptan los hijos de Seve, que han impugnado el testamento para ser ellos quienes puedan gestionar el nombre y la imagen de su padre, en lugar de su primo Iván.
Se da la circunstancia de que Iván fue siempre la mano derecha de su tío, y quien le apoyó a nivel emocional y personal hasta su muerte. Además, quienes trabajan con él en la fundación califican su gestión de ‘impecable’.
Fuente: todocorazon.com
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