Hay departamentos de márketing de determinadas marcas a los que les encanta hacernos ver que son poco menos los inventores del automóvil como lo conocemos hoy cuando no es cierto, siemplemente tienen gente hábil con la palabrería que hacen que muchas veces no conozcamos la realidad tal y como es si no somos de investigar mucho.
En el caso de las tracciones 4×4 poca gente podría pensar que el primer coche en recibirla fuese un Mercedes en 1907, hace 105 años. Bautizado como Daimler Dernburg-Wagen tenía 32 centímetros de altura libre al suelo y era propulsado por un motor de cuatro cilindros y 6.9 litros de 35CV de potencia capaz de alcanzar velocidades de hasta 40km/h. Además no solo ostenta el título de ser el primer coche 4×4, si no también el primer vehículo con cuatro ruedas directrices.
Podemos imaginar que para la época era un despliegue tecnológico de embergadura en un vehículo que era probablemente el más logico por aquellos tiempos, en los que ni soñaban con las carreteras de hoy día. Este vehículo fue encargado por la oficina Colonial del Alemania con el fin de poder realizar viajes largos por lugares con caminos practicamente inexistentes, como los que había en las colonias que por aquella época tenía Alemania. Paul Daimler se encargó de diseñar este vehículo único en el mundo y en 1907 se fabricó en Berlín.
Se basó el coche en un chasis de vehículo comercial y las medidas finales fueron de 4.9 metros de largo (4 de batalla), 2,7 metros de altura y un ancho de vias de 1.42 metros. Sorprendente el peso de 3.6 toneladas con todo el equipamiento off-road de este coche capaz de superar pendiententes de hasta el 25%. Podía acomodar a seis personas, dos adelante y cuatro atrás. La carrocería estaba realmente alta, por lo que contaba con sendos estribos para poder subirse. El equipaje viajaba en el techo o detrás del todo.
El sistema de tracción 4×4 sería peculiar hoy día. Con la caja de cambios de cuatro velocidades y reversa en mitad del vehículo, salian del eje secundario dos árboles de transmisión, uno por delante y otro por detrás, que iban a los diferenciales delanteros y traseros respectivamente. Evidentemente, iba a circular por lugares áridos, llenos de arena, y el coche debía estar preparado para ello, para que la arena no causase estragos en los elementos mecánicos. La dirección tuvo que ser adaptada para evitar problemas con la arena, pero el coche quedó con muy poco ángulo de giro y una esacasa maniobrabilidad, por lo que se vieron obligados a hacer directriz al eje posterior.
Las llantas eran “macizas” para evitar en la medida de lo posible que la arena llegase a componentes como los frenos de tambor, y a diferencia de los coches de la época, que solian utilizar ruedas de goma macizas, este novedoso mercedes tenía neumáticos, con cámara, eso sí. Pensaron hasta en los detalles más pequeños para colocar la valvula de inflado en el interior de la llanta, para protegerla de posibles daños y suciedad. Más impresionante resulta el circuito de refrigeración, con 140 litros de capacidad. El sistema de refrigeración con dos radiadores y dos depósitos era capaz de mantener el motor refrigerado si este circulaba a 8km/h durante una hora.
El destino de este coche es la colonia que ahora conocemos como Namibia, pero antes de partir hacia allí fue testado durante casi 1700 kilómetros en Alemania por todo tipo de terrenos. Ya en 1908, en Namibia, pasó a ser el vehículo del “embajador” Bernhard Dernburg, quien lo utilizo para viajar entre las colonias, por eso con el tiempo acabó siendo conocido como Dernburg-Wagen (coche de Dernburg). Posteriormente pasó a manos de la policía de la colonia, que para 1910 había recorrido 10.000 kilómetros con este peculiar automóvil. Al ser un coche bastante específico, el chofer y a la vez mecánico iba en el paquete. Se llamaba Paul Ritter y cuando el coche pasó a ser propiedad del cuerpo de policia el también se convirtio en agente del orden.
El coche cumplió con su cometido, pero también tuvo problemas, con los citados neumáticos. Debido al peso del conjunto del vehículo y del equipamiento que transportaba los neumáticos sufrian una barbaridad, por lo que en los 10.000 mencionados kilóemtros se empelaron 36 neumáticos y 27 cámaras. Aún así era mejor opción que los neumáticos macizos.
Con el paso de los años un coronel de la policia pensó en convertir el coche a tracción trasera, para ahorrar tiempo y dinero en complejas reparaciones. Parece ser que la transformación se llevó a cabo, aunque no hay detalles al respecto. Del mismo modo tampoco se sabe como se empleó este automócil dirante la Primera Guerra Mundial, después de la cual se le perdió el rastro a este interesante coche.
Fuente: actualidadmotor.com
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