El Palio de Siena es una carrera que apenas dura dos minutos y que cuenta con tantos partidarios como detractores tanto dentro como fuera de la ciudad. En cualquier caso, un bello espectáculo que tiene lugar en un escenario deslumbrante, el de la Plaza del Campo de esta elegante localidad de la Toscana.
Dos veces cada verano, una a principios de julio y otra a mitad de agosto, los 17 distritos en los que se divide la ciudad de Siena participan en esta vieja y colorida competición que hunde sus raíces en la época medieval. Cada uno defiende el estandarte con sus colores ante la mirada de miles de espectadores que vibran con la rivalidad, no exenta de cierta dosis de violencia.
Los días en los que se celebra el Palio Siena recibe a los visitantes con un brillo especial: banderas de colores, con las insignias de cada uno de los barrios, cuelgan de las ventanas y los balcones, se celebran banquetes, desfiles para bendecir a caballos y jinetes así como conciertos de música en vivo por la sprincipales plazas.
Desde primera hora de la mañana una marea humana llena la Plaza del Campo soportando el sol y el calor para ser testigos en primera fila del evento. La carrera es breve pero intensa. Hay falsas salidas, empujones, caídas escalofriantes, mucha emoción y una roja polvareda que se levanta llenando la plaza de calor y tierra, como en la época de los gladiadores.
Asociaciones para la defensa de los animales han denunciado en varias ocasiones el trato brutal que reciben los caballos durante esta fiesta, pero el peso de la tradición es enorme. El Palio es algo que los habitantes de Siena consideran parte de ellos mismos y a la que no piensasn renunciar de ninguna manera.
Fuente: EscapadasEuropa.com