Si el Principado de Mónaco está considerado como la mayor expresión del lujo y el glamour a la europea, Montecarlo es la joya de esta reluciente corona. Y cuando uno habla de este lugar no puede dejar de mencionar el mítico Casino de Montecarlo, escenario de películas de tantas intriga y espionaje, punto de encuentro de magnates y jugadores de todo el mundo y, por supuesto, una visita imprescindible en cualquier viaje por la Costa Azul.

El edificio que alberga el casino, rodeado de fuentes y jardines en una ubicación exclusiva dentro de la pequeña ciudad-estado, fue diseñado en el año 1873 por el arquitecto Charles Garnier, autor también de la Opera de París. Su estilo es conocido con toda justicia como “imperial”.

 

El casino forma parte de un gran complejo de juegos de azar y entretenimiento que incluye también otros edificios el Gran Teatro de Montecarlo, la ópera y una casa de ballet. Su leyenda, hinchada por el cine y la literatura, atrae cada año a miles de turistas de todo el mundo, aunque curiosamente  a los ciudadanos de Mónaco les está estrictamente prohibido entrar en las salas de juego.

Te gusten o no los juegos de azar es inexcusable entrar en el Casino de Montecarlo y jugarse algunas fichas en la ruleta, el black jack o cualquer otra mesa duranet tu visita a Mónaco. Aunque solo sea para sentirse por unso instantes como un personaje de novela, un veraneante de la Belle Époque o el mismísimo James Bond en mitad de una misión.

Fuente: EscapadasEuropa.com





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