Máxima de Holanda sigue con su intensa agenda oficial. La heredera de los Países Bajos acudió a la inauguración de una nueva zona del Museo de Joyas de la ciudad de Elburg. A la entrada del museo se agolpaban cientos de seguidores que esperaban ansiosos su llegada. Como siempre, Máxima se mostró de lo más educada y amable con todos. Una vez más, la esposa del príncipe Guillermo hizo gala de una elegancia innata. Eligió para la ocasión un vestido blanco con la parte baja de paillettes y un enorme lazo a modo de cinturón. Los complementos los eligió en color beige y negro y las joyas grandes y llamativas como la ocasión lo requería. Por su parte, Mary de Dinamarca visitó a los enfermos del hospital danés de Glostrup. La princesa charló amablemente con los médicos del centro y después se mostró muy cercana con los pacientes. Matilde de Bélgica, aprovechando su visita oficial a Japón, acudió a la localidad de Sendai, que en marzo del año pasado fue golpeada por un terrible tsunami que causó numerosos desastres en el país y la muerte de cientos de ciudadanos. Matilde se acercó a una de las comunidades de refugiados donde pasó tiempo con muchos de los niños afectados por el desastre y con los voluntarios y especialistas que trabajan allí. La princesa despierta buenas vibraciones allá donde va, por eso cientos de seguidores se reunieron para saludarla a la entrada del centro. Ella, como siempre se mostró de lo más agradecida y atenta con los que esperaban su llegada.
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