La primera generación fue HTC con el Nexus One, después Samsung con el Nexus S y el Galaxy Nexus- Ahora, según se rumorea, para que la tercera generación podría ser fabricada por LG.

Según han confirmado a Cnet en el MWC 2012, estas conversaciones se encontrarían ya muy avanzadas y se apunta como fuente al propio jefe de la división de teléfonos móviles de los de Seúl, Ramchan Woo. En concreto, Woo parece haber reconocido que están “manteniendo conversaciones” y se encuentran “trabajando en ello”.

Después del prestigio y los beneficios que han tenido los dispositivos Nexus, LG quiere trabajar con Google de forma directa. Esto le daría a LG una imagen reforzada, ya que hasta el momento no ha conseguido batir a sus rivales por haber comenzado en el sector más tarde que el resto. Sin embargo, LG sigue buscando mejorar sus resultados y uno de los últimos terminales de la compañía que más ha destacado es el LG Optimus 4X HD.

En caso de confirmarse el proyecto con Google, la compañía espera que el nuevo terminal sea todo un éxito ya que las otras dos generaciones han tenido una gran acogida en el mercado.
INTERFAZ DE LG

LG se distingue de sus competidores por el diseño de su interfaz. Woo ha confirmado que la interfaz es muy importante ya que “algunas personas se sienten incómodas con la primera interfaz de usuario de Google”. Pero LG no es el único ejemplo de una interfaz de Android personalizada. HTC, por ejemplo, ha tenido un gran éxito con su interfaz de usuario Sense.

La única pega que se encuentra con la personalización de las interfaz, es que requieren un proceso de desarrollo superior, lo que afecta a la velocidad de actualización. En este sentido, LG ha admitido que deben mejorar.

Woo ha señalado que la compañía va a hacer pequeños ajustes como el uso de un fondo blanco, en comparación con las preferencias de Google para los fondos negros, o la adición de botones separados de navegación que están por debajo de la pantalla, a diferencia de los botones de software que se encuentran en Ice Cream Sandwich.

Fuente: eleconomista.es





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