“En cuanto la vi, pensé: ¡Caramba!”, así describe el rey Abdalá II de Jordania su primer encuentro con Rania, a la que conoció durante una cena de amigos en 1992, en una autobiografía que ha visto la luz recientemente bajo el título Nuestra última oportunidad, en la que el monarca habla abiertamente del conflicto palestino-israelí, la guerra de Irak, las ambiciones nucleares de Irán o la historia de los últimos 40 años de Jordania y su relación con la considerada una de las reinas más elegantes del mundo, con la que lleva casado 19 años.
Abdalá II dice que ideó un plan, con la ayuda de un amigo, para conseguir una cita con Rania, algo que ella rechazó. “Entonces -cuenta- mandé de vuelta a mi amigo con una caja de bombones belgas… y otro día decidí sorprenderla cocinando para ella”. Le hizo un menú japonés de pollo, gambas y ternera, al estilo de los restaurantes Benihana, que funcionó, y meses después le pidió la mano. “Yo habría soñado -explica- una proposición mucho más romántica, pero lo cierto es que cuando estábamos hablando fuera del coche, le dije que nuestra relación iba cada vez más en serio y que veía que podíamos casarnos. Rania me miró, sonrió y no dijo nada”. Abdalá interpretó ese silencio como un “sí”.
Fuente: hola.com
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