La exmodelo Carla Bruni se presentó con un traje que le marcaba los muslos y que se lo pisaba con las bailarinas

Era la última oportunidad de Carla Bruni para adueñarse del título de la primera dama francesa más bella y elegante que jamás haya pasado por el Elíseo. Pero la mujer de Nicolas Sarkozy volvió a plantarse ante las cámaras con ese ‘look’ relajado que luce desde que hace siete meses se convirtiera en madre y que tantos comentarios ha suscitado.

Para la ceremonia de investidura del nuevo presidente de Francia, François Hollande, la exmodelo, de 44 años, eligió un traje chaqueta oscuro y una camisa color nude. Hasta ahí todo correcto. Claro que, más que las prendas, lo que llamó la atención es cómo le sentaban; los pantalones le quedaban estrechos en los muslos y anchos en los bajos, y se los pisaba con las bailarinas que calzaba. La chaqueta, por el contrario, parecía corta de mangas.

El fallo de Bruni podría haber pasado desapercibido si no fuera porque Valérie Trierweiler deslumbró en su puesta de largo como primera dama. Tres años mayor que Carla, llegó a su nueva casa con un vestido negro de gasa, por encima de la rodilla, que alegró combinándolo con un abrigo blanco. Un atuendo que completó con unos zapatos de salón grises y un clutch blanco. El estilo de la periodista ya se ha ganado los halagos de diseñadores como Karl Lagerfeld o Christian Lacroix.

Del resto de los Hollande poco se puede contar. Ninguno de los cuatro hijos que el presidente tuvo con Ségolène Royal, ni los de Valérie acudieron a la ceremonia. Dice su exmujer que querían evitar cualquier paralelismo con la aparición de los Sarkozy en la investidura de Nicolas en 2007.

Fuente: eldiariomontanes.es





Etiquetas: ,

Comments are closed.