La empresas creen que el avance tecnológico tendrá en esta década un impacto más directo en la forma en la que operan las compañías y el 80 por ciento de los directivos de empresas de varios sectores creen que las nuevas tecnologías harán que los entornos de trabajo se convertirán al 100% en virtuales para el año 2020.
La tecnología se ha convertido en un factor esencial en el desarrollo de las empresas durante la primera década del año 2000. Su irrupción en ellas ha hecho que poco a poco se dinamicen más las funciones de las compañías, no solo aquellas pertenecientes al ámbito tecnológico sino también a compañías de diversos sectores. Cumplida ya esta primera década y de la mano de las nuevas tecnologías surgidas en los últimos años, las empresas tienen un futuro muy prometedor que hará posible la reducción de costes y la eficacia de sus proyectos.
Así lo refleja el Informe Economist Intelligence Unit, realizado íntegramente por The Economist y patrocinado por la compañía japonesa de servicios tecnológicos Ricoh. Para la realización de este informe se ha contado con 567 encuestas a directivos a nivel mundial entre septiembre y octubre de 2011 sobre sus expectativas respecto al impacto que tendrá la tecnología entre 2011 y 2020, así como una serie de entrevistas en profundidad con pensadores tecnológicos y empresariales y con altos ejecutivos de distintos sectores.
De estas encuestas, los directivos destacan que el cambio tecnológico seguirá produciéndose y probablemente acelerándose en la próxima década y surgirán nuevos modelos empresariales de la mano de los avances tecnológicos y las estructuras organizativas. Este cambio tecnológico se producirá de la mano de cuatro nuevas tendencias: el ‘cloud computing’, el ‘big data’, la videocomunicación y la movilidad. En 2020, se reducirá el tráfico de emails debido a la irrupción de las videoconferencias, que serán el medio más común y extendido a medida que se vaya abaratando su coste, y a las redes sociales corporativas.
Gracias a estas tendencias, los sectores no se mantendrán igual que en la actualidad. Seis de cada diez líderes empresariales aseguran que su principal mercado vertical se parecerá muy poco al actual en 2020 y uno de cada diez encuestados teme que dada esta disrupción tecnológica su organización desaparezca del todo.
Según el informe, las medianas empresas serán menos comunes en 2020 y más aún teniendo en cuenta la proliferación de los microemprendedores. Los avances tecnológicos impulsarán un aumento de estos últimos en la próxima década, lo que permitirá que estas pequeñas empresas operen como si fueran mucho más grandes.
Esto tendrá un impacto directo en las medianas empresas, ya que deberán elegir cada vez más entre hacerse más grandes para competir en términos de escala o volverse más pequeñas para competir en velocidad, externalizando procesos de negocio (outsourcing). Como consecuencia, la importancia de la mediana dirección también disminuirá ya que las nuevas tecnologías permitirán a las organizaciones delegar mucha más capacidad de toma de decisiones en los directores y empleados periféricos.
LA TECNOLOGÍA EN LOS PUESTOS DE TRABAJO
La tecnología afecta no solo a los modelos empresariales y a las organizaciones sino también a la naturaleza de los trabajos. Según el informe realizado por The Economist, el impacto de la tecnología en los puestos de trabajo otorgará mayor flexibilidad a los trabajadores, mayor movilidad y mayor tiempo para otras actividades de valor. La tecnología llevará a un mercado laboral global donde se creará un mundo más digital, con un reciclaje continuo y una descentralización de las tareas.
Sin embargo, muchos de los directivos encuestados aseguran que esta digitalización de los puestos de trabajo traerá consigo ciertos contras como la destrucción de empleo, la desaparición de algunas profesiones, una vida laboral más larga y la “no desconexión” entre el trabajo y la vida personal.
En cuanto al entorno de trabajo, el informe plantea si en torno al 2020 lo que se conoce como entorno laboral, o la oficina propiamente dicha, desaparecerá a favor del teletrabajo o el trabajo desde casa. El 48 por ciento de los encuestados asegura estar de acuerdo con el teletrabajo desde casa frente al 50 por ciento que asegura estar en desacuerdo. Sin embargo, un 80 por ciento sí creen en un entorno de trabajo virtual, que no necesariamente implica el trabajo desde casa. Este porcentaje asegura que el entorno de trabajo se convertirá en virtual gracias a las nuevas tecnologías móviles.
EL CLIENTE COMO I+D
Por otro lado, el informe analiza la figura del cliente como fuente de I+D gracias a la disrupción tecnológica. Gracias a las nuevas tecnologías de personalización, la co-creación con los clientes será una importante fuente de innovación.
Según los directivos, el protagonismo de los clientes se incrementará en esta década como generación de nuevas ideas. En 2020, se espera que los clientes superen al I+D como fuente de ideas para nuevos productos y servicios, todo ello gracias a la irrupción entre otros factores de las redes sociales corporativas.
Los encuestados creen que los clientes serán casi tan importantes como los propios empleados en términos de generación de ideas para la mejora del proceso empresarial y escogen el servicio al cliente por encima de todas las demás funciones como la zona de actuación, donde se producirá el mayor cambio tecnológico.
Fuente: eleconomista.es