Daniel Fernández Strauch dice no conocer los límites en la resistencia humana

Daniel Fernández Strauch, superviviente tras accidentarse con un avión en los Andes en 1972 y resistir con vida dos meses en la montaña alimentándose de los cadáveres de sus compañeros, consideró hoy que una de las enseñanzas que le dejó la experiencia fue saber que no hay límites en la resistencia humana.

Casi cuarenta años después del suceso, Fernández se expresó así durante una conferencia titulada “Siempre se puede, trabajo en equipo, liderazgo y decisión; un aprendizaje para compartir”, en la que habló de aquellos acontecimientos de las experiencias que pudo sacar de allí.

“Yo no conozco cual es el límite de la resistencia del cuerpo humano. Los límites los aplicamos a priori, decimos hasta ahí llego. Pero en cuestiones de vida o muerte, nos damos cuenta de que esos límites los puedes correr, no son fijos. Por eso es un error que ante situaciones que pensamos imposibles bajemos los brazos y nos rindamos, cuando realmente no son imposibles, sino solo difíciles”, indicó.

Durante más de hora y media Fernández narró la odisea del equipo de rugby de Old Cristians de Montevideo y a varios familiares y amigos en su viaje a Santiago de Chile, el accidente que sufrieron en las cimas de los Andes y como se las arreglaron para que 16 de ellos lograran ser rescatados con vida de las montañas.

Así, Fernández también consideró que “es infinita la fuerza de una mente bien equilibrada” y que además, ese impulso se puede multiplicar por el trabajo en equipo, lo que permite “lograr resultados que a priori parecen imposibles”.

“Nosotros dependíamos todos de todos y ninguno se podía haber salvado sin el otro, ni siquiera una parte del grupo (…). Teníamos algo fundamental y es que en la montaña lo dábamos todo y nos dimos cuenta de que si dábamos todo, recibíamos más”, señaló.

Para Fernández, constituirse en equipo es clave y que ser equipo no es “un amontonamiento de hombres” sino que “una comunidad con vinculación afectiva entre sus integrantes” que genera “compañía, complemento y apoyo”.

“Conocí lo que es la verdadera solidaridad, la entrega total y absoluta del uno hacia el otro. Y conocía al verdadero hombre, cuando uno se libera de la coraza de la sociedad y uno se mente literalmente dentro del otro. En la montaña aprendí que somos los lazos que construimos entre nosotros y que cuando los lazos se debilitan, nos evaporamos”, dijo.

Además Fernández también apuntó al poder de la mente ante situaciones críticas, que solo consigue resultados si se piensa en positivo, porque “cuando la mente entra en negativo, uno se pierde”.

Otra de las herramientas importantes que identificó como claves para su supervivencia fue el ser racional a la hora de tomar decisiones y la importancia de la fe, entendida “como el convencimiento absoluto que depositamos en alguien o algo”.

“Sin fe, no se logra ningún objetivo y además la fe genera la esperanza y sin esperanza no se puede vivir”, concluyó.

Fuente: eldiariomontanes.es





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