Monster High, fueron los juguetes más vendidos las pasadas Navidades y este año van por el mismo camino

Fueron los juguetes más vendidos las pasadas Navidades (incluso se habló de alguna pelea entre padres para hacerse con uno porque se agotaban en todas las tiendas) y este año van por el mismo camino. La línea Monster High recrea el universo de los hijos adolescentes de los monstruos legendarios, que coinciden en el Instituto. Una historia con tintes fantásticos y un marcado componente ‘fashion’ que enloquece a las preadolescentes.

A los padres de niñas de entre unos 6 y 12 años no hay que explicarles qué es Monster High. La mayor parte de ellos convive con la pasión irrefrenable de sus pequeñas por este universo “gótico-chic” y más de uno ha tenido que recorrer jugueterías las pasadas Navidades a la caza de alguna “monstruo-muñeca” agotada o ha comprado libros de la saga, o algún otro producto de la amplia línea disponible, para propios o ajenos.

Pero más allá de la anécdota doméstica se esconde un negocio de gran éxito conseguido a partir de un oportuno cóctel de tendencias y una estrategia multiplataforma que responde con astucia a los intereses de los actuales preadolescentes.

“Lo que les engancha es el rollo gótico que tienen, que las chicas ven como algo muy moderno. Las Monster High están en la línea de los vampiros y lo sobrenatural, que es innegable que constituye una gran moda internacional”, explica la periodista y escritora Ana García-Siñeriz.

Y es que los personajes de este mundo “horrorosamente guay” tienen preocupaciones y ocupaciones muy mundanas y corrientes, como alumnos de Instituto que son. Pero también un origen monstruoso que los define y condiciona, pues son los hijos adolescentes de los personajes de terror más legendarios: Draculaura de Drácula, Frankie Stein de Frankestein y su novia, Clawd Wolf y Clawdeen Wolf de El hombre lobo, Cleo de Nile de la Momia, Lagoona Blue del Monstruo Marino y así continúan.

Elisa Yuste, coordinadora de Promoción de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, define a estos personajes mitad monstruos, mitad humanos como “las barbies góticas”. “Responden a un fenómeno estético y tienen una campaña de marketing importantísima detrás”, añade.

Una combinación que ha hecho que esta marca sea la número uno de su segmento en el mercado español, con más de 1.200.000 unidades vendidas solo de las muñecas. A lo que hay que sumar cifras no reveladas por Mattel, su fabricante (y padre también, por cierto, de Barbie), de ventas del resto de productos complementarios, que van desde juguetes hasta accesorios y ropa y que se nutren de una serie de animación, una plataforma online, aplicaciones para smarthphones, un videoclip y una película.

Todo comenzó en papel

Los protagonistas de Monster High fueron creados por la escritora de origen canadiense Lisi Harrison mientras trabajaba en MTV, inspirada, según cuenta, en la desesperada necesidad de muchos empleados de ser aceptados en el grupo de gente considerada ‘cool’.

Esas ansias por encajar y pertenecer le recordaron su propia adolescencia y conflictos en el Instituto. “Y el resto es historia”, afirma.

Pero se trata de una historia cuidadosamente aderezada. Porque Harrison supo tomar elementos de la corriente sobrenatural revitalizada por Harry Potter y más tarde madurada por Eclipse para idear a estos hijos monstruosos. Y los metió dentro de situaciones cotidianas para los chicos.

“Los libros de Harrison tuvieron bastante éxito, a pesar de que tienen un hilo argumental muy sencillo, que incide mucho en temas tópicos de las narrativas audiovisuales juveniles como la estética y las relaciones chico-chica”, señala Yuste.

La experta en promoción cultural apunta a este corte realista como uno de los secretos, junto con su condimento fantástico y los personajes estereotipados, con referencias conocidas, un punto de cómic y una clara identificación estética.

Monstruos, pero fashionistas

El ingrediente ‘cool’ que los compañeros de Harrison perseguían no es menor en Monster High. Los personajes, mayoritariamente femeninos como sus fans, ubican a la moda entre sus principales intereses. Draculaura y sus amigas tienen cuerpo estilizado, calzan tacones y usan ropa sexy y bien conjuntada. Sus enormes ojos manga y boquitas carnosas llevan abundante maquillaje y cada una tiene un estilo que responde a su condición, pero también presenta similitudes con las diferentes tribus urbanas del mundo real.

La autora prefiere rescatar su lado monstruoso como bandera metafórica de la pubertad y los cambios físicos y psicológicos que se experimentan durante esta etapa. Las características monstruosas de cada persona (a uno le crece el pelo sin parar, otro teme a la oscuridad, una de ellas apenas habla y a la hija de Frankestein se le saltan los puntos) significan, en este caso, una llamada a mostrarse tal cual son.

“Ser diferente mola” es el lema que también rescata Mattel, que entre sus juegos ofrece uno que permite a cada niña o niño hacer un test para saber con qué personaje Monster se ve más identificado.

Elvira Sanjurjo, directora de Marketing de Mattel España, asegura que es esto lo que “engancha”. “Monster High –dice- es el reflejo del día a día de cualquier preadolescente. Les lanza el mensaje de que pueden expresar su individualidad sin complejos, abrazar sus imperfecciones y atreverse a ser diferentes siendo ellos mismos, todo ello envuelto en enormes dosis de humor”.

Preadolescentes cada vez menores

Mientras los tres libros de Harrison, editados en España por Alfaguara, cautivan a las preadolescentes, las muñecas y el resto de los productos triunfan entre pequeños de primaria.

Yuste constata que los niños han abrazado esta historia porque presentan “patrones de comportamiento antes adolescente, como lo es su preocupación por la estética y la moda, que se ha ido consintiendo con menos edad y ya está instalada en la niñez”.

García-Siñeriz, autora de la saga juvenil La banda de Zoe y del blog Mi ‘ado’ y yo, cree que está preocupación estética es “consecuencia de los medios de comunicación y la sociedad en la que vivimos. Hoy los niños están muy pendientes de la moda. Tienen una necesidad de encontrar referentes y en este caso son las marcas y los estilos, que les dan sentimiento de pertenencia a un grupo”.

La dualidad monstruosa-fashionista de los personajes de Monster les representa de manera cabal. Para la periodista, “los niños odian ser diferentes. Cada uno de ellos se siente único o especial, pero desea ser como los demás. Es un poco contradictorio. Como la vida misma”.

Fuente: eldiariomontanes.es





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