Sobre la mesa, un iPhone y un iPad. Nada más. Ni barajas de cartas ni interminables cadenas de pañuelos multicolores ni monedas que esperan su turno para aparecer por arte de magia tras la oreja de un inocente espectador. Javier Luxor (Madrid, 1974) es un mentalista 2.0. Hace unos meses decidió cambiar las herramientas de las que hacía uso en sus espectáculos. Se hizo con un ‘smartphone’ y con una tableta. Entre sus ‘trucos’ pueden verse cosas tan dispares como predicciones de la canción que va a elegir el espectador entre un buen número de títulos hasta los clásicos trucos de naipes, en versión digital. Luxor cuenta que el mayor peligro con el que se encuentran tanto él como otras personas que utilizan las nuevas tecnologías para sus actuaciones es que el público piense que la magia la realiza el teléfono.
“Hay que tener cuidado con que la gente pueda pensar que el equipo, el teléfono o las tabletas son las que crean la ilusión”, afirma. “Esto es desastroso porque pierdes todo el protagonismo, y también que una máquina sea la que crea la ilusión no tiene nada de gracia”, añade. Entre las aplicaciones que utiliza tiene algunas que están desarrolladas específicamente para él. “Trabajamos con un desarrollador para conseguir que la aplicación trabaje de la manera que yo quiero”, explica pero no desvela cuál es el truco detrás de la misma, una norma de oro entre los prestidigitadores. Javier también hace uso de otras ‘apps’ de tipo general como pueden ser el reproductor de música, vídeo o ‘apps’ como ‘Paper’ que le permiten dibujar de manera fácil y sencilla. Precisamente uno de los números que más llaman la atención es uno en el que dibuja un muñeco de vudú en su tableta y consigue crear conexión entre la figura y el voluntario que sale del público. ¿Es esto posible? “Puedes crear la ilusión que quieras”, afirma para continuar explicando que todavía está investigando para descubrir “todas las opciones” que le permite un iPad.
“Es un soporte como otros, pero te permite explicar algunas cosas de manera muy sencilla”, asegura. “Si consigo que la gente no piense que todo lo hace la máquina, consigo un espectáculo mucho más moderno, más cercano”, analiza. Cuando ven la forma en la que trabaja, “siempre llama mucho la atención”. Sin embargo, asegura que dentro de unos años lo raro será ver a alguien hacer un número sin herramientas como un móvil o una tableta. “Todo el mundo los conoce y muchos lo manejan. Mi hija en una pizarra con tiza apenas escribe, pero el iPad lo maneja como nadie”, dice a modo de ejemplo.
Es ingeniero de formación. También estudio un Máster en Administración de Empresas. Sin embargo, hace 16 años encontró su nueva vocación a pesar de que llevaba tiempo familiarizado con ella. “Empecé desde pequeño con la magia, que combinaba con mis estudios. Cuando fui entrando en este mundo, vi que se me daba mejor el mentalismo”, comenta al preguntarle cómo llegó a ganarse la vida con esto, aunque matiza que le gusta seguir haciendo todo tipo de trucos fuera de su ‘especialidad’. “El mentalismo es una parte del ilusionismo más relacionada con la comunicación no venal, gestos, expresión corporal de la gente”, explica. El pasado año fue galardonado con el Premio Nacional de Mentalismo en 2011, un reconocimiento que también recibió en 2008. Es un habitual de las citas más importantes del gremio, siendo asiduo a cónclaves como el MindVention, un congreso que cada año se celebra en Las Vegas. Además de las funciones, Luxor también utiliza sus habilidades para trabajar con empresas haciendo ‘coaching’ con distintos grupos de trabajo.
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